La primera publicación científica sobre el zumo de noni la hizo el Dr. Heinicke en una revista botánica de Hawai. Él afirmaba que había hallado un alcaloide en el noni llamado xeronina que era el causante de los beneficios del zumo qué tanto había oído hablar a los curanderos nativos. Lo cierto es que en la publicación afirma que la xeronina se encuentra en el noni en cantidades de picogramos pero que no dispone de intrumental capaz de detectar esas concentraciones. La pregunta siguiente es lógica: ¿Cómo fue capaz de detectar la supuesta xeronina? Después patento en USA la xeronina como un nuevo alcaloide en 1982. Después de más de 20 años nadie conoce ni está publicada la formula química de la xeronina y, si es tan efectiva, ¿Porqué ninguna empresa farmacéutica la comercializa en comprimidos? La verdad es que el Dr. Heinicke, incapaz de saber porqué el noni era beneficioso en un amplio rango de enfermedades, se inventó la xeronina, su supuesto precursor, la proxeronina y, la enzima que convertía uno en la otra, la proxeroninasa. Luego, trabajando para la empresa Morinda Inc, comercializadora de Tahitian Noni®, se sentó el noni sobre la mentira de la xeronina. Al Dr. Heinicke debemos agradecerle que llevase el noni al mundo y que fuese un punto de partida para que se investigase el porqué de sus propiedades.
Más adelante, los avances de la ciencia han permitido encontrar la mayoría de nutrientes que componen el noni (explicados en propiedades). Estos nutrientes poseen propiedades farmacológicas bien caracterizadas a nivel de laboratorio. Si los nutrientes son útiles en ciertas afecciones (por ejemplo, el damnacantal en la lucha contra el cáncer o el ácido ursólico para combatir quemaduras), y el noni posee esos nutrientes, debemos concluir que el noni también es útil para esas afecciones. A las pruebas de laboratorio debe sumarse los datos empíricos que recogen diariamente médicos que tienen pacientes que toman zumo de noni y les reportan mejoras en sus enfermedades. Los datos empíricos no tienen validez absoluta ya que cabe considerar un efecto placebo, pero deben ser tomados muy en consideración ya que un efecto placebo a "gran escala" parece una idea un poco descabellada.
La investigación médica es muy costosa y nadie la realizará a no ser que vaya a sacar algún beneficio de ella. Así, ninguna compañía farmaceútica se va a arriesgar a invertir millones en investigar sobre el noni si no puede obtener beneficios seguros. Por tanto, las investigaciones actuales sobre el noni, están amparadas por empresas comercializadoras y por gobiernos de países productores a través de sus universidades. Los resultados que día a día se van obteniendo refuerzan los datos empíricos obtenidos de la experiencia de los consumidores y parecen dejar claro que el zumo de noni resulta útil como complemento en muchas patologías ya que refurza el sistema inmune, reduce el dolor, mejora la circulación sanguínea y aumenta la energía corporal, entre muchas otras propiedades.